Coincidiendo con las olas de frío que se nos acercan estos días me gustaría compartir con vosotros mis experiencias a la hora de trabajar en entornos gélidos o con meteorología adversa.
Llega el invierno, el de verdad, el que trae consigo temporales marítimos, olas de frío siberiano, nevadas copiosas en zonas de montaña. El paisaje se transforma completamente, la nieve suaviza los relieves, el hielo paraliza los cursos de agua, el mar se torna agresivo… Y ahí estás tú, deseando que todo esto suceda para coger las cámaras y acercarte a dónde sea para plantar tus bártulos, tu tienda, sacar tus cámaras y ponerte como loco a grabar, sacar fotos o reventar los pobres obturadores al ritmo que impongan los intervalómetros. Todo esto está genial pero, ¿¿somos conscientes de lo que pueden llegar a sufrir nuestros equipos??
Si leemos las especificaciones de nuestras cámaras (voy a poner como ejemplo la Canon 60D) nos suele aparecer que su rango de funcionamiento óptimo está entre 0ºC y 40ºC… ¿Quiere esto decir que no se puede trabajar si las temperaturas caen por debajo de los 0ºC? Respuesta simple, NO.
Hace relativamente poco tuve la oportunidad de acercarme junto a un compañero al coliseo de la naturaleza, el Cirque du Gavarnie. Disponíamos de unas 24 horas para estar en el circo sacándoles fuego a las cámaras y llenando tarjetas a cascoporro. Lo primero de todo, la meteo. Según las previsiones se instalaba encima nuestro un potente anticiclón que nos venía de lujo para poder timelapsear toda la noche sin estar pendientes del viento. Las temperaturas indicaban una marcada inversión térmica, 0ºC a 1700 metros, 4ºC a 2400 metros con lo cual calculaba (ingenuo de mí) que a 1400 metros que era donde íbamos a instalar el campamento la temperatura no podía ser inferior a -2ºC… Esa noche luna llena, no es lo ideal para el timelapse nocturno pero puede ser interesante debido a la trayectoria que la luna va a seguir (os recomiendo esta página para planificar vuestros timelapses y fotografías http://photoephemeris.com). Tras esas comprobaciones planificamos cuál va a ser el planning ya instalados en el circo y ponemos hora de salida.
El equipaje pues os lo podéis imaginar, añade a todo el equipo necesario para sobrevivir una noche invernal en el corazón de los Pirineos cuerpos de cámara, ópticas, portátil, trípodes, baterías…todo de manera muy ergonómica nos lo echamos a la espalda, nos calzamos las raquetas y a patear.
No está de más señalar que hay que tener muchísimo cuidado cuando pateamos sobre superficies resbaladizas y llevamos unos 20 kg de peso colgando de nuestro cuerpo, mi compañero se llevó un buen susto en una bajada helada cayendo de cabeza y sin poder moverse debido al peso que llevaba encima.
Nos plantamos en una zona 20 metros por encima del río que desciende del circo y seleccionamos la zona para acampar (importante estar lo más escondidos posible para no interferir en las cámaras con las luces de los frontales.
Esperamos a que la luz empiece a caer poquito a poco y aprovechamos los últimos rayos de sol en las cumbres para poner en marcha las cámaras.
Primer consejo, en situaciones de temperaturas por debajo de los 0ºC podéis comprar por internet las típicas fundas para lluvia que os van a venir de perlas para proteger las cámaras de la helada, no van a protegerlas del frío pero por lo menos no se os va a congelar el exterior del equipo. La cámara que más tiempo iba a estar disparando, unas 5 horas, le puse un grip con dos baterías ya que tenéis que tener en cuenta que las baterías por debajo de 0ºC pierden bastante potencia.
La noche iba cayendo y la temperatura empezó a caer en picado, a las 19:00 estaríamos a un par de grados bajo cero y la luna comenzó a asomarse, las 3 cámaras ya estaban funcionando a pleno rendimiento. A medida que la luna se iba moviendo fuimos moviendo las cámaras por diferentes localizaciones para aprovechar el juego que nos daba ver la luna a través de los pinos congelados, pero llegó un momento en el que tocó hacer volcado de imágenes para poder seguir trabajando…
Segundo consejo, por muy bueno que sea tu portátil una fuerza llamada frío hará que funcione muy pero que muy lento… Para ello os las tendréis que apañar para darle calor al portátil antes de trabajar con él (meteros en el saco un rato con el ordenador para que por lo menos su interior ascienda de los 0ºC). Todo lo electrónico funciona mucho más lento y las baterías pierden su eficiencia. En este caso el portátil dentro de la tienda estaría muy por debajo de los 0ºC y claro, ese maravilloso i7 con 16 gb de RAM se convierte en un Spectrum intentando sobrevivir con el disco duro funcionando a tope…
Tercer consejo, vigila tus cámaras constantemente. No porque te la vayan a robar ni porque una ardilla se la vaya a comer, hay muchas comprobaciones que hacer cuando realizas un timelapse en estas condiciones (baterías, la composición, estado de congelación del cuerpo, la óptica…) y todas estas comprobaciones hay que hacerlas con un frío brutal sin que se congelen tus manos…
En una de estas comprobaciones de repente me dí cuenta de que las ópticas se estaban congelando literalmente, se había llenado de escarcha el cristal y el plano ya era inservible… La temperatura había descendido muy por debajo de los -5ºC y estaba cayendo una helada brutal.
Cuarto consejo, una retirada a tiempo es mejor que lamentar daños en nuestro equipo. Llegó el momento de pararlo todo y dejarlo para otro día, por mi experiencia puedes estar grabando a -10ºC siempre y cuando tengas la posibilidad de meter la cámara en la chaqueta de vez en cuando. Hay que tener en cuenta que el obturador es algo mecánico y que en caso de congelarse podríamos estar forzándolo demasiado hasta el punto de llegar a romperse. En este caso al entrar en la tienda comprobé que las tres cámaras estaban completamente congeladas por fuera pero funcionaban perfectamente.
Quinto consejo, no tengas prisa en calentar las cámaras. Si han aguantado la temperatura exterior disparando fotos no te preocupes, lo más importante es que vuelvan a subir de los 0ºC progresivamente, lo que menos quieres es que se genere condensación dentro de la cámara (no extraigas la óptica). Lo mejor es meterlas en la tienda, envolverlas con un forro polar y dejar que poco a poco se vayan «calentando».
Tras una gélida noche en la que hasta el agua las cantimploras que teníamos dentro de la tienda se congeló nos acercamos al Hotel de la Cascade para rodar unos planos de las cascadas congeladas y los cracks de la escalada en hielo. La estampa es impresionante, más de 1000 metros de desnivel desde la base del circo hasta las cumbres de más de 3000 metros, la cascada más alta de Europa completamente congelada y el sonido de los cascotes de hielo que de vez en cuando se desprenden.
Una escapada que os recomiendo hacer, a ser posible con temperaturas un poquito más agradables.
Hasta la próxima!!